Esta pieza captura la grandeza de la cultura maya y la fascinación que sigue inspirando en quienes visitan las Ruinas de Copán. La inspiración del artista proviene tanto de su amor por la herencia maya de su tierra como del entusiasmo de los turistas que recorren los museos y ruinas, maravillados ante la historia que estos vestigios representan.
Para la creación de esta obra, el artista utilizó como fuente de investigación los términos clave como: Templo Rosalila, Luna Jaguar, K'inich Yax K'uk' Mo, la arquitectura maya, y la dinastía que floreció en el periodo clásico de la civilización. Estas referencias no solo anclan la obra en una sólida base histórica, sino que permiten una recreación visual que respeta y enaltece las representaciones del pasado, incluidos los diseños arquitectónicos y las vestimentas rituales que han marcado los siglos. El estilo de la pieza se inspira en el año 571 d.C., cuando el gobernante Luna Jaguar, figura que se destaca en la ilustración, construyó el templo en honor a Yax K'uk' Mo, el primer gran líder de Copán.
En la obra, el Templo de Rosalila es el protagonista, resaltado a través de una intervención visual que corta la imagen por la mitad, representando así el paso del tiempo y la permanencia de esta estructura icónica. La dualidad de la imagen simboliza que, sin importar cuántos años pasen, el templo sigue siendo el mismo, generando admiración en cada persona que lo observa, ya sea el antiguo constructor maya, un visitante actual o un hondureño orgulloso de su historia.
Desde pequeño, ha sentido una gran inclinación por el dibujo, que comenzó como un pasatiempo. Al ingresar a la universidad como estudiante de Diseño Gráfico, comenzó a enriquecer sus conocimientos y a poner en práctica lo aprendido.
Software Creativo: Clip Studio Paint